Hace mucho tiempo que escribí este post Renacer en Navidad y ahí te cuento cómo me gusta vivir este período de tiempo bastante alejado del consumismo y de la presión que veo a mi alrededor.
Hoy me pongo a escribir porque, esta mañana, después de la clase de yoga, algunas de mis compañeras han comentado lo estresadas que están con los preparativos de la Navidad. Preparar comida, atender todas las convocatorias de amigos y conocidos, recibir a hijos que llegan por estos días con sus familias….etc, etc. Y, es curioso, porque también han comentado que precisamente van a clase de yoga para liberarse de esa tensión. Es decir, es como si diéramos por hecho que estas fechas tienen esos «efectos secundarios» que tenemos que soportar y que para compensar tenemos que hacer alguna práctica como el yoga (que está genial por cierto, ojalá todo el mundo lo hiciera)
Y es que observo como si actuáramos movidos por unos hilos que nos llevan. La televisión, los mensajes de la publicidad en las calles, los mensajes de la radio, los comentarios de los compañeros de trabajo y de la familia nos van reprogramando en estas fechas y parece que, si decides salirte de lo convencional, vas contra corriente.
Yo, como te comentaba en el post que escribí hace unos años, soy de las que estoy bastante al margen de estas convenciones pero no me quedo fuera. Pues, he elegido nacer en este momento histórico y me toca integrar lo mejor de las dos opciones. De esta manera, en vez de dejarme llevar por la corriente de consumismo, prefiero vivir desde una perspectiva más intima: celebrar a mi manera y renacer en Navidad.
¿Que cuál es la integración?
Pues, es aprovechar para descansar y estar con mis hijos, pasar tiempo con Bribón y Tizón, ilusionarme por el reencuentro con hermanos, familia y amigos, hacer los adornos de Navidad para la casa con mis manos y materiales del jardín, comer turrón de yema que me encanta, escuchar los villancicos clásicos flamencos que tanto me gustan, poner el Belén, encender velas, cocinar algo rico…Y también, hacer la lista de todo lo que este año he hecho respecto al año anterior, recordar mi lista de pendientes lo que me falta por conseguir, decidir qué quiero dejar atrás y qué quiero que re-nazca en mi.
Y por cierto también hago regalos, pero cada vez más regalos con sentido y cada vez más regalo experiencias….porque es lo que realmente permanece, lo demás se consume y desaparece. ¡Lo que se experimenta nunca se olvida!
Por cierto, ya aprovecho…si quieres regalar algo de verdad distinto y diferente te propongo que valores regalar alguna de la Actividades que te propongo en Carmen Valenzuela, o contacta conmigo para que te prepare un regalo personalizado.
Gracias por leerme hasta el final y
Feliz Navidad ¡¡¡