Te confieso que hace años temía que llegaran estas fechas y mi estado de ánimo pasaba de la presión al agobio, encontraba refugio en la comida, en los dulces, mazapanes, mantecados, una forma como otra cualquiera de llenar el agujero de insatisfacción.
Y es que después de analizar mucho, algo se rompió en mi mundo perfecto cuando mis padres dejaron de estar en este plano, muchos años deseé irme a un lugar donde no se celebrara la Navidad, lo intenté, alguna Navidad me fui lejos a la costa pero me encontré que en el hotel evidentemente se celebraba la Navidad, yo huia, no quería escuchar música de Navidad, campanitas ni villancicos…..después llegaron las Navidades en las que los hermanos nos reuníamos y a duras penas conseguíamos celebrar, nudos en la garganta, lágrimas que me secaba con la excusa de ir al baño, a la cocina…..aparentando que todo estaba bien…y no era así….fue duro, muy duro.
A ver, también disfrutaba cuando los hijos eran pequeños viendo sus caritas, cuando íbamos a Málaga a ver las luces de Navidad, cuando entregaban la carta a los Reyes Magos en la plaza del Ayuntamiento, el dia de Reyes cuando abrían los regalos y comíamos el Roscón ….tengo esos flashes de momentos felices….
Y es que estas fechas tienen eso, la polaridad de la alegría y la tristeza y bueno, al final entendí que esa es la vida, y que hay que gestionarla, y que el comportamiento adulto es precisamente ése, decidir conscientemente cómo pasar estas fiestas, celebrando, llorando, riendo, viajando y en todo caso decidiendo conscientemente.
Cuando sané todo este dolor empecé a relajarme y a disfrutar…pero te sigo confesando que aún (y creo que siempre será así) sigo derramando alguna que otra lágrima en estas fechas, y hasta decido dejarme llevar por esta nostalgia de otros tiempos….me permito llorar un ratito y ya¡¡¡
Ahora vivo el cambio de estación y la Navidad con alegría y con mucha ilusión por re-encontrarme con los hijos, la familia y los amigos, celebrar la vida y recordar amorosamente a los que están en otro plano, mantener las tradiciones, los guisos y comidas que recuerdo que se hacían en casa de mis padres y de esa manera seguir honrando su memoria.
También he avanzado en entender estas fechas como una oportunidad de recordar quién soy, recuperar la energía, abrazar la Vida tal y como es y renacer a una versión mejorada y renovada.
Te invito a que esta Navidad enciendas una vela por Ti, para recordarte que Tú eres esa Luz y que estás llamado/a a brillar en este mundo.
Ojalá los patrones, limitaciones y es que, y si, pero….no te impidan seguir avanzando en tu Camino.