Hola Amig@s
Confio que os encontréis muy bien y en este post comparto una forma de “estar” y de “vivir” y es “en pijama”. Si te apetece saber en qué consiste sigue leyendo.
La inspiración me ha venido gracias al programa “Imprescindibles” que se emite en la 2 de TVE los domingos por la noche. Soy una fan de la 2 y cuando pongo la tele (que cada vez menos) casi siempre es para ver algún documental, algún programa de arquitectura y diseño, de cine o éste que da brillo y saca del olvido a personas de la actualidad y de nuestra historia que para mi son auténticas develaciones, porque son genios, y me pregunto ¿cómo es posible que estos personajes tan brillantes permanezcan tan ocultos?.
El del pasado domingo es Paco Roca un ilustrador súper famoso en el ámbito del cómic con una historia preciosa y que basa su éxito en la autenticidad de todo lo que publica, porque se nutre de lo que ve, oye, vive en su vida cotidiana.
Me hizo mucha gracia porque hablaba que lo mejor de trabajar desde casa es que trabaja en pijama y que tiene un grupo de amigos a los que en cuanto llega a su casa y se pone el pijama los llama. Son algo así como el club del pijama. Me hizo mucha gracia por su naturalidad y su franqueza.
Pues querid@s amig@s yo también soy una del club del pijama. Todo comenzó como casi todos los hábitos que adquirimos en mi infancia. Recuerdo con nitidez cómo los sábados y domingos estar en pijama se prolongaba casi toda la mañana, después de desayunar seguíamos todos en pijama hasta que había que salir a la calle a hacer alguna gestión.
Mi padre era fiel a su pijama (mi madre no tanto) para él llegar a casa era pasarse un buen rato en el baño (siempre creí que alguna memoria de haber vivido antes como árabe tenía porque hacia como abluciones jaja) y ponerse el pijama y su batín en invierno. Para mi ese era el papá que adoraba, relajado, sonriente, creo que era su forma de disfrutar su familia.
Y claro para mi era normal “vivir en modo pijama”. Cuando salíamos de viaje y visitábamos a familiares o amigos, o cuando iba a casa de mis amigas a jugar me daba cuenta de que su padre no estaba normalmente en pijama y pensaba qué rara es esta familia.
Así crecí y cuando adulta comencé a vivir en pareja me di cuenta de que mi marido no funcionaba así, él se vestía desde que se levantaba y estaba así hasta la noche.
Durante mi vida laboral intensa de más de 25 año de lunes a viernes me levantaba al amanecer, trabajaba hasta la extenuación y olvidé el tema pero…. los fines de semana volvía al ataque pijamil.
En fin que todo esto os lo cuento como aperitivo de lo que deseo compartir en este momento de mi vida: ahora mi oficina la tengo en casa, puedo elegir entre la habitación a la que nombro despacho o como hoy escribir en la cocina, además vivo en el campo y hay semanas que no salgo a la civilización más que un dia. Y sabéis qué? Que me encanta prolongar el momento pijama un ratito después del desayuno, a continuación salgo a dar mi paseo con los perros y tengo que “vestirme normal” pero si ese dia llueve mucho o mi marido los saca aprovecho y lo prolongo toda la mañana.
- Porque para mi el pijama
- Es libertad
- Es un acto de rebeldía, no tengo que hacer lo que todo el mundo hacer, me lo permito sin pedir permiso
- Y por supuesto es un acto de vivir simplemente y sencillamente
Porque podemos elegir cómo vivir nuestra vida y cómo habitar nuestro espacio en ella. Y ahora viene la pregunta ¿Cómo andas de pijamas? ¿Cómo vives tú vida?
Gracias por leer y compartir lo que sientes
Un fuerte Abrazo